Cada vez que vuelvo a casa (sí, solo cdo vuelvo, no cdo voy...no sé por qué pero analizándolo, así es) y paso por la fábrica de pastas me acerco lo más posible y lo más disimuladamente posible a la puerta e inhalo lo más fuerte que puedo.
Amo el olor a salsa de tomate recién hecha que sale...me imagino toooodas las comidas ricas, del tipo nona, que se podrían hacer con esa salsa y al menos por una micromilésima de segundo soy inmensamente feliz.
Tal vez por la memoria olfativa que le dicen....
sol! te extrañé!!! Ya puedo volver a hacer fotosíntesis (=
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1 comentario:
Ya me dio hambre.. y son las diez y media de la mañana...
>_<
A mí me encanta el olor a local de venta de ropa.
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